Hemos venido hablando de algún que otro proyecto que ha optado por la microfinanciación en los distintos ¿Qué se cuece?. Algún día deberíamos detenernos en este fenómeno y la importancia que tiene para la creación independiente de aventuras gráficas. Centrémonos hoy en un inconveniente que al menos yo nunca había tenido en cuenta, pero que puede convertirse en una fuente de incertidumbre para desarrolladores y backers: ¿qué pasa si los donantes no ponen al final el dinero que dicen aportar?

¿Cómo funciona Kickstarter?



Centrémonos en el funcionamiento de la plataforma más popular, Kickstarter. Quieres hacer un juego pero no tienes el dinero necesario para su desarrollo —o su distribución—, crees que es un proyecto atractivo que le podrá interesar a un número suficiente de gente que estaría dispuesta a pagar por adelantado por él —con opción a diferentes gratificaciones según el tamaño de su aportación—. ¿Cómo coordinarlo? Ahí entra Kickstarter. A cambio de un porcentaje de la recaudación, puedes acceder a la plataforma de financiación en masa, que se encargará de gestionar el sistema de donaciones y darte visibilidad a través su enorme comunidad. Fijas tu objetivo monetario, las recompensas por cada cantidad aportada y el plazo de tiempo para alcanzarlo. Si consigues llegar al menos al 100% de la meta inicial, cobrarás las donaciones —y Kickstarter su parte—; si no llegas a ese porcentaje, nadie cobra, nadie paga. Para que esto sea posible, se realiza a través del sistema de pagos de la gigante Amazon. Queda como pago pendiente en tu cuenta, solo se comprueba que la tarjeta de crédito sea válida —no los fondos que pueda tener—, y ya una vez la campaña concluya, se cobra en caso de que haya sido exitosa.

El caso de Jack Houston and the Necronauts



Pongamos nombres y apellidos: Jack Houston and the Necronauts, proyecto de aventura pulp de Stacy Davidson que utilizará la técnica stop motion (os hablamos un poco de ella un par de meses atrás). La campaña concluyó el pasado 9 de agosto con algo más de 64 mil dólares. 8 mil por encima de la meta inicial. De esa manera se convirtió en la aventura gráfica de un no pope (Schafer, Lowe, Jensen…) que más dinero recaudaba, un poco por encima de Quest for Infamy. Llega el momento de cobrar. Las donaciones virtuales se hacen efectivas, pero ¿qué pasa si tu tarjeta no tiene fondos en ese momento? Se te avisa de la incidencia, accedes a tu cuenta Amazon desde Kickstarter y cambias la tarjeta asociada por otra que sí tenga el dinero correspondiente a tu donación. No es infrecuente que eso suceda ni supone mayor perjuicio. ¿Y si no lo haces?, ¿y si no solo quedan tus 15 dólares sin cobrarse? Pues es lo que ha sucedido con Jack Houston, aproximadamente 10 mil de esos 64 mil dólares son donaciones virtuales que no se han hecho efectivas. Se ha cobrado una cantidad 2 mil dólares por debajo del objetivo marcado.

Como hacen casi todas las desarrolladoras una vez sus campañas finalizan con éxito, se ha abierto la posibilidad de donar, ya fuera de Kickstarter, mediante PayPal desde la web de Warbird Games. En este caso el micromecenas puede obtener las mismas recompensas que durante la campaña. No parece que vaya a haber problemas para que Warbird consiga reunir los dos mil dólares que les faltan para poder desarrollar el juego Ya han conseguido esos 2 mil dólares vía PayPal (ahora se ha fijado una meta extendida en 72 mil dólares para llevar el juego a múltiples plataformas y 5 idiomas diferentes). Pero nos alerta, a los que todavía no lo sabíamos, de un lado oscuro de Kickstarter: las donaciones falsas. Pueden dejar a los desarrolladores en una posición delicada o ser aprovechadas para intereses espurios.

Miguel R. Fervenza
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