Will es el nombre de nuestro protagonista. No es la primera vez que amanece en una de las celdas del calabozo. Nada de importancia en esta ocasión, saldrá esa misma mañana. En comunicación por vía retretefónica, descubre que del otro lado de la pared se encuentra recluido el terrible pirata Barbapoca —aunque de hecho tiene bastante vello facial—. Se podría decir que lo suyo es ligeramente más grave: aguarda para ser ajusticiado en la plaza del pueblo. El desesperado terror de los mares hace a Will una oferta que no podrá rechazar: a cambio de que le ayude a fugarse le dará un montón de dinero que le permitiría comprar la libertad de su amante esclava —no, no solo esclava del amor a nuestro protagonista—. Pirata malo, héroe, doncella, soleada isla… estamos todos. Podremos encontrar a una adivina —¿seguís teniendo déjà vus?—, un funcionario, un dependiente de una tienda de artículos de ejecuciones y torturas y demás pintorescos vecinos que no pueden faltar en cualquier población marinera que se precie.

¿Otra copia?



Cualquier juego de piratas trae de manera fulgurante a la mente del aventurero aquel otro protagonizado por cierto zagal de nombre impronunciable. Sería ridículo negar que este primer capítulo de El Engaño de Barbapoca se haya inspirado en Monkey Island, mas, en contra de lo que suele suceder con los trabajos primerizos de esta temática, ¡Esta pizza está de muerte! encuentra sus propios caminos. No es otra de esas caóticas e impulsivas producciones amateur realizadas al furor de la idolatría.

Isabelo y Guillermo, tío y sobrino que forman La Jara Aventuras, tienen en esta a su aventura de debut. Diseñada por ambos, Isabelo se encarga de la parte gráfica y Guillermo de la programación.

Valores de producción infrecuentes en la aventura amateur



Lo primero que nos llama la atención es el cuidado diseño de escenarios. Moldeados en 3D, mantienen una cohesión en el estilo y logran un detallismo nada frecuente en una producción con estos medios. Diseños vistosos y coloridos a los que solo le podemos achacar cierta falta de movimiento. Los personajes no alcanzan ese ese nivel —sobre todo la geometría de los rostros resulta extraña en los modelos femeninos—, pero siguen por encima de la media. Las animaciones y escenas de vídeo completan un conjunto visual con personalidad y de acabado poco habitual en las aventuras amateur en 3D. La abundancia de efectos sonoros y melodías compuestas para la ocasión contribuyen a generar una atmósfera propia. La adecuación de animaciones y efectos a cierta escena submarina habría supuesto la guinda del pastel.

Desplazamientos poco eficientes



La creación de un entorno completo suele traer asociados problemas de fluidez en los desplazamientos de los personajes. No estamos ante una excepción. Se acierta al no alejar demasiado el punto de vista, eso permite una adecuada exploración del entorno. Las distancias dentro de cada pantalla son adecuadas. El problema surge en la conexión entre habitaciones: en algunos casos tendremos que ver desfilar hasta 12 pantallas para desplazarnos entre dos puntos de la isla. No necesariamente un mapa, pero sí era ineludible la introducción de ciertos atajos que conectasen de manera eficiente las distintas localizaciones. Las caminatas tornan pronto pesadas.

La interfaz



La interfaz es más simpática —emerge el menú de acciones en forma de mano que se puede ver en la imagen— que avanzada, pero no resulta incómoda. Los objetos del inventario no se deseleccionan de manera automática al realizar una acción. En muchas aventuras nos vemos obligados a un montón de clics si queremos probar un objeto en varios hotspots o incluso nos generan la duda de si hemos atinado con el punto caliente correcto.

Un diseño interesante y dispar



El diseño de puzles es desigual, aunque nos deja un buen sabor de boca. Tiene un par de rompecabezas bien presentados y ejecutados; originales y complejos; puzles con carga narrativa, consecuentes con el universo introducido y muy divertidos. Un rompecabezas tipo receta se debe hacer como en este El engaño de Barbapoca: improvisando en los “ingredientes”, buscando sustitutivos imaginativos que lo conviertan en un verdadero reto.

No es la norma de la aventura. La inexperiencia hace aparición en los lugares comunes: falta de coherencia en algunos casos, menor originalidad e integración en otros, algún comportamiento rutinario… Pero se trata de un diseño valiente que consigue brillar, aunque sea de forma inconstante, en donde la mayoría de diseños independientes —y no independientes— se suele estrellar.

La temible ortografía



Los textos son, una vez más en las aventuras hispanas, el gran hándicap. Desentonan en un trabajo como este. Se prescinde a menudo de las tildes, los signos de apertura y los puntos. La redacción tampoco está en consonancia con la calidad de la aventura. Aunque la escrita sea como siempre la principal fuente de información, no se ha cuidado nada ese aspecto.

El diseño de los diálogos adolece de los problemas que tantas veces hemos comentado: se nos permite elegir el tema aunque nos requieren que los seleccionemos todos, los temas persistentes —porque la información contenida tiene que ser accesible en el futuro— no adoptan una forma compacta —se mantiene toda la paja— y las conversaciones resultan casi siempre poco interesantes. Sin necesidad de convertirse en una retahíla inverosímil de sentencias, las conversaciones tienen que ser atractivas y conseguir concisión. Esto no quiere decir que solo se tenga que facilitar la información necesaria para resolver los puzles; de hecho, otra cosa que se echa en falta en El engaño de Barbapoca es que no se haya profundizado un poco más en los personajes. Ya sea para transmitir contingencia, para definir personalidades o para plantear un puzle, El jugador tiene que poder disfrutar de los diálogos si se va a pasar un montón de tiempo leyendo.

Doblaje casero



Los chicos de La Jara Aventuras también decidieron doblar el juego. Eso ya caía fuera de sus posibilidades. Aunque sea un trabajo voluntarioso, si uno no puede optar a un doblaje de calidad, es mejor prescindir de él. Está realizado entre los propios desarrolladores y algún amigo. En este caso no supone una penalización porque se nos ha dado la opción de silenciar los diálogos. Podemos disfrutar de las melodías y efectos aunque hayamos decidido desactivar las voces.

Comienzo con buena pata… de palo



¡Esta pizza está de muerte! supone una ilusionante obra de debut. Las luces son más intensas que las sombras. Si Isabelo y Guillermo consiguen potenciar sus virtudes y pulir sus defectos en los dos capítulos que restan de El engaño de Barbapoca —la deriva final de los acontecimientos permite dotar de mayor profundidad a los personajes—, situarán esta aventura episódica en un lugar destacado entre la producción hispana.

Crítica del segundo capítulo

¿Dónde encontrarla?

¡Esta pizza está de muerte! se puede descargar de forma gratuita desde la web de los autores.

Miguel R. Fervenza
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